Prehistoria
Para hablar de los orígenes de la fisioterapia, nos tenemos que remontar a la prehistoria. En la prehistoria se usaban los masajes para paliar dolores. Se tiene constancia de que en la Antigua China (a través del libro Kong Foug 2700 a.c) los masajes con fines terapéuticos y la respiración ya se utilizaban de forma habitual.
Los orígenes de la fisioterapia
También en Egipto se encontraron dibujos en tumbas que datan de dos milenios antes de Jesucristo. En ellas se aprecian dibujos de ejercicios corporales y masajes aplicados a soldados y mujeres de la corte del faraón.
Grecia y Roma
En Grecia
fue cuando se llevó a cabo la separación definitiva entre la religión y
la ciencia y se asentaron los postulados científicos. La fricción de
las articulaciones, aplicar agua fría contra enfermedades como la gota eran algunas de las prácticas. También se vio la necesidad de fortalecer los músculos tras los accidente o dolores.
En Roma se
generalizó la construcción de las termas romanas. Se empezaron a
desarrollar los tratamientos en balneario: la hidroterapia, salas de
vapor, baños fríos, medicinales, masajistas…
Edad MediaLa época oscura a nivel cultural que supuso la Edad Media, también afectó al desarrollo de este tipo de tratamientos ya que recayó en magos y curanderos. Sin embargo en el Siglo XIII
con la aparición de universidades y escuelas de medicina la situación
mejoró, preparando el terreno para su desarrollo definitivo durante la
Edad Moderna.
Renacimiento
En el Renacimiento el ejercicio físico fue adquiriendo notoriedad impulsado por humanistas como Leonardo Da Vinci. Los humanistas vieron como una excelente manera de prevenir las enfermedades que ocasionaba el estilo de vida sedentario.
A partir del siglo XVIII
En los siglos XVIII y XIX, la fisioterapia alcanzó
una gran importancia y se aplicaba con frecuencia a las personas que
habían sido mutiladas a causa de la Guerra. El crecimiento del ejercicio físico fue creciendo de forma paralela hasta que en el siglo XX, los fisioterapeutas añadieron a sus pacientes habituales, como enfermos y accidentados, los deportistas lesionados.
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